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cherchez la femme)
Dólmenes de Moscú (cherchez la femme)
Cherchez la femme, nos recordaba el mes pasado Ramón Luis Chao
desde su otero, ha pasado de ser "el consejo francés que se aplica en cada situación enigmática" a convertirse en una de las claves de cualquier situación colectiva, incluyendo la política. La frase era traída a colación a raíz de la precampaña electoral francesa, en la que los candidatos, a fin de incrementar su colecta de votos, estaban empezando a utilizar la imagen de sus respectivas señoras, "artimaña que data de antiguo y hallamos en el Quijote, cuando Sancho aconseja a su amo que deje de soñar con Aldonza Lorenzo y case con la princesa Micomicona; así llegaría a emperador y de paso le daría a él la ínsula prometida".
Me reconozco admirador de
Ramón Luis Chao desde los cada vez más nebulosos tiempos de mi primera juventud, cuando, desde su crónica desde París en La Voz de Galicia, formaba parte del pequeño número de firmas que nos servían de acicate al enseñarnos que había otros mundos más allá de la gris monotonía que dominaba nuestro horizonte cotidiano, y que había otros comportamientos posibles, diferentes de la mezquindad cutre y sumisa del panorama social dominante.
Tuve reciente ocasión de tratar a Ramón Chao con motivo de la presentación, en el castillo de San Antón, de la preciosa edición del
Itinerarium de Exeria -esa asombrosa gallega que en la antigüedad tardía nos contó en latín escrito su viaje a Tierra Santa- realizada por
Raíña Lupa, editorial con sede en París y Bastabales, con ilustraciones grabadas por Antón Lamazares y traducción y comentarios de X.E. López Pereira. Fue una relación grata, en la que pude comprobar que Ramón Chao es persona que luce una amplia gama de virtudes y méritos además del de habernos dado un hijo como
Manu Chao, lo que no es poco.
También de esa ocasión procede la frase que hemos convertido en lema del museo arqueológico:
"ut sum satis curiosa", "como soy tan curiosa". La frase es, evidentemente, de Exeria, la cual, al encontrarse en su viaje con un monasterio en un valle que le llama la atención, relata:
"tunc ego, ut sum satis curiosa, inquirire coepi" (entonces yo, como soy tan curiosa, empecé a preguntar). Nos pareció que en esa frase, en esa actitud de curiosidad y preguntas, estaba la base del pensamiento crítico y la justificación, en última instancia, de la existencia de estos museos de nuestras entretelas. Todo viene de que, como somos tan curiosos, empezamos a preguntar, y no paramos. De modo que si usted se pregunta por qué existen los museos, al final la respuesta la encuentra en Exeria.
Cherchez la femme.
Claro que siempre hay quien no piensa así. La Redacción de Carballo de
La Voz de Galicia publica hoy un artículo sobre el pino que afecta al dolmen de Pedra Cuberta, asunto que tanto nos ha entretenido durante el pasado Carnaval, que no tiene desperdicio. Ya sabe: en 1998 dos arqueólogos avisaron al Servicio de Arqueoloxía de la Xunta de que un pino estaba causando una grieta en el dolmen, y no se hizo nada al respecto. La última era que la responsabilidad era, según Cultura, del Ayuntamiento, de los arqueólogos y de los propietarios del dolmen. Pero ahora van más allá, y en vez de aplicar el consejo francés, según La Voz, "en Cultura dejaron entrever que la situación del dolmen podría no ser tan grave y apuntaron a
causas políticas o de otro tipo como las principales para hacer este tipo de denuncias", refiriéndose a los informes citados, firmados por Ramón Fábregas, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Santiago, y Fernando Carrera, arqueólogo y profesor de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia.
A mí estas cosas me rejuvenecen, y me retrotraen a los tiempos en que las crónicas desde París de Ramón Luis Chao me ayudaban a no dejarme vencer por el tedio que pretendían imponernos, a los tiempos en que el horizonte cotidiano era monótonamente gris, a los tiempos en que los comportamientos eran de cutre y sumisa mezquindad, a los tiempos en que cualquier disidencia, en vez de ser críticamente analizada, se explicaba reiteradamente mediante conspiraciones judeomasónicas o con el recurso al
oro de Moscú.
Tengo la impresión de que, en este caso, habrían hecho bien los analistas de Cultura en aplicar el principio de parsimonia conocido como
navaja de Occam. Para mí que habría sido más rentable que, antes de dejarse llevar por la tentación de implicar a los arqueólogos en células leninistas, maoístas o trotskistas manipuladoras de la grieta para agudizar las contradicciones y conseguir que las masas proletarias tomasen el Palacio de Raxoi tras su Larga Marcha por las altiplanicies del Barbanza, hubiesen comenzado por lo más sencillo: pensar que si los arqueólogos avisaban en 1998 de la existencia de una grieta peligrosa en el dolmen de Pedra Cuberta, y si en años posteriores volvían a avisar de que dicha grieta se estaba agrandando, era sencillamente porque en Pedra Cuberta había una grieta que se estaba agrandando; y que si lo hacían era porque lo habían visto, y avisaban al Servicio de Arqueología en su ingenua convicción de que tal Servicio existía para cuidar de la Arqueología y proteger los yacimientos arqueológicos. No sé si habría sido más rentable. Lo que tengo claro, y creo que usted, señora, señor, también lo ve así, es que habría resultado infinitamente menos ridículo.
Lo de retrotraerse en el tiempo está bien si no se abusa, pues existe el riesgo de caer en la desmesura. Tal parece haberles ocurrido a los analistas de Cultura, pues, siempre según La Voz, "incluso señalaron que la grieta podría llevar doscientos años en la losa". Hace doscientos años, en 1802, Francia ya había pasado su revolución, pero aquí estábamos en pleno absolutismo. Oiga, pues ellos sabrán.
Muchas cosas hay que comentar en ese artículo de
La Voz desde Carballo, que realmente no tiene desperdicio. Pero hoy se ha agotado mi cupo, pues estos
esperpentos del Callejón del Gato, si bien en pequeñas dosis resultan estimulantes, en exceso pueden llevarnos a la depresión, y no es plan.
Por lo tanto, por hoy aquí lo dejo, no sin reafirmarme en que si no se quiere hacer caso de Occam y quedarse con las explicaciones más sencillas y más claras, antes que meterse en el túnel del tiempo es preferible aplicar el sabio consejo francés con el que iniciamos esta conversación:
cherchez la femme.
2002-02-20 22:08 | 1 Comentarios
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Comentarios
1
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De: El Pez |
Fecha: 2002-02-25 14:05 |
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Según "The Times", el periodista Ramón Luis Chao es de una zona largamente disputada, ahora mitad polaca mitad ucraniana... Galicia, ni más ni menos. No sé como podría entonces hacer otra cosa que "chercher la femme".
http://www.javarm.blogalia.com/?/historias/242
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